Hablar sobre fantasmas y el mundo paranormal para muchos es un tema interesante pero, para otros, es algo escabroso y terrorífico. Sin embargo, no hay duda alguna de que al momento de tocar historias o leyendas de esta naturaleza a todos nos llama la atención, ya seamos creyentes o escépticos. Nos impresiona creer que existe un más allá, un ‘otro lado’ como suelen llamarle al lugar donde nuestras almas quedan vagando por años en el mundo de los vivos.
    

    Si bien un fantasma en temible con su propia presencia, podemos decir que no está completo sin un lugar o sitio donde este se manifieste. Es entonces que los sitios que se han bautizado como casa oficial de estas entidades son nada más y nada menos que los panteones, los cuales están llenos de leyendas y cuentos terroríficos que han acompañado al hombre desde hace siglos atrás. 
    Estas historias han causado tanto impacto en la cultura popular que es imposible pasar desapercibido tocar el tema o cuando menos hablar de el, ya que todos nosotros alguna vez en la vida hemos experimentado algún hecho paranormal en nuestras vidas. 
    Es por ello que nos dimos a la tarea de investigar uno de los lugares más emblemáticos en Ciudad Juárez con respecto a temas paranormales. 
    Este lugar ha llegado a ser famoso gracias a la diversidad de reportajes que se han realizado desde los periódicos locales hasta medios de índole nacional. Cabe mencionar que la popularidad que ganó no se debe solo a su extraña y abrumadora condición si no por la gran cantidad de historias que emanan de él incluyendo los relatos que guardan los vecinos aledaños a este. 
    Lo que a continuación presentamos en este reportaje escrito no es más que testimonios e información extra que logramos recuperar para darle un toque novedoso. 

INTRODUCCIÓN   

En el transcurso de nuestras vidas, los hemos visto en películas o fotos como lugares embrujados y tenebrosos; hoy en día, en internet existen infinidad de videos en los cuales hay una gran cantidad de apariciones espectrales. Incluso, alguna vez hemos asistido a alguno de ellos por desgracia. 
    Los cementerios desde tiempos remotos han sido catalogados como sitios terroríficos llenos de energía paranormal, lo cual despierta la curiosidad de muchos y el terror de otros tantos.
    Según la cultura popular, los panteones son cuna de un sinfín de leyendas escabrosas y sí algo tienen en común todas estas historias, es que lo que los hace espeluznantes son las manifestaciones de las almas en pena de aquellos que yacen ahí, mejor conocidos como fantasmas.

 
    En Ciudad Juárez existen alrededor de 10 panteones y muchos de estos tienen diferentes historias que contar. Pero el que ha destacado más en la ciudad por su gran actividad es el famoso Panteón de los Niños.
    Ubicado en la avenida Francisco Villarreal Torres y Juan Pablo II, conocido también como Panteón Senecú, es uno de los cementerios más viejos en la ciudad. A pesar de que no existe un archivo histórico que diga con exactitud en que momento nació este cementerio, hay algunas lápidas que datan desde el año 1900.

    Se dice que el panteón era utilizado hace décadas atrás por habitantes de Valle de Juárez quienes optaban por no sepultar a sus difuntos en los cementerios municipales y preferían llevarlos hasta aquí. Por esa razón, hay solo alrededor de 200 tumbas.
    Fue bautizado así ya que antes se tenía la creencia de que estaba dirigido únicamente para los niños, pero en realidad existen tumbas que rezan ser de adolescentes, algunos adultos y también ancianos. 
    Pese a sus deplorables condiciones, hay lápidas que son más actuales, indicio de que es un lugar que no está abandonado totalmente. 
    “Creo que la última vez que yo vi que sepultaron a alguien fue por el 2008 o 2009, ya tiene rato de eso” afirma David Sánchez, uno de los habitantes del fraccionamiento que rodea al panteón.
    Acudimos a distintas funerarias para recopilar información más detallada sobre el panteón, pero desgraciadamente no tuvimos éxito. Algunos de los trabajadores desconocían por completo el lugar y otros simplemente dijeron no tener contacto con él, ni han transferido cuerpos en algún momento al cementerio.

LEYENDAS

Existen diversas historias que han ido de boca en boca por toda la ciudad con respecto a este tétrico cementerio. Una de estas cuenta la leyenda de una bruja que habita en el camposanto. 
    “Cuando recién llegamos a vivir aquí, una vecina nos contó a mi y a mi hermana que hace mucho decían que había una bruja la cual se posaba cada luna llena sobre la cruz grandota que está en medio del panteón para robarse el alma de los niños”. Cuenta Karina Domínguez, habitante del fraccionamiento. 

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   Otra historia que circula por los rincones de la ciudad es la de un niño vestido de revolucionario quien porta una pistola asusta a todo aquel que entra solo en el cementerio. Dentro de la leyenda se cuenta que un hombre llamado Antonio llegó a este lugar solo por curiosidad. Al entrar con su auto, vio que una pelota rodaba frente a el y frenó para evitar algún accidente. 
    Al bajarse del auto buscó a su alrededor para saber quien estaba jugando con la pelota pero solo pudo escuchar risas y voces de niños. Atónito por la situación regresó a su auto para irse pero se dio cuenta que no podía abrir la puerta. El miedo inundo su cuerpo, y comenzó a rezar intensamente. Al calmarse un poco, pudo abrir la puerta y arrancó, pero antes de salir hacía el boulevard frente a el se postró la figura de un niño que vestía con mantas, sandalias y tenía en su mano una pistola vieja.
    Antonio estaba aterrado y aceleró saliendo del panteón. Sin embargo mientras conducía tuvo un accidente estrepitoso donde desgraciadamente perdió la vida. Lo púnico que encontraron en su auto además de algunas pertenencias de el fueron varios juguetes antiguos llenos de polvo.

   Esta y otras leyendas las puede leer en las notas de El Diario de Juárez.

HISTORIAS PARANORMALES

    Como mencionamos antes, el panteón había sido bautizado como ‘de los niños’ ya que pensaban que solo había infantes sepultados en este. Sin embargo, el nombre hace mención a las apariciones y hechos paranormales que suceden tanto en el propio cementerio como en sus alrededores, donde los protagonistas son las almas de los niños que yacen aquí. 
    Muchos de los habitantes del fraccionamiento Hacienda del Nogal, en especial los que llevan más de 15 años viviendo aquí afirman haber sufrido alguna experiencia terrorífica. “Nosotros llegamos aquí cuando apenas habían hecho algunas casas, incluso el panteón se veía desde la ventana del segundo piso de mi casa." 

 

"Escuchamos como si alguien estuviera abriendo una reja o arrastrándola...Ya no hemos regresado"
-César

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     “Una vez salí a tirar el agua del trapeador a la calle y escuché a niños jugando en el parque. Cuando me levanté y miré a la casita (de los juegos del parque) pues no había nadie y solo estaba un columpio moviéndose solo. Y no hacía aire ni nada” dijo Irma Hernández.
    “Cuando estaba acostado,  me aventaron una pelota que tenía ahí enseguida de mi armario. Obviamente cuando voltee no había nadie. También han venido varios tíos a quedarse y han dicho que escuchan gritos de niños, niños pequeños como de 5 o 6 años […] dijeron que también habían escuchado movimientos en la parte de arriba de la casa”.  -Brayan Vásquez.
​     Otros habitantes afirmar que alguna vez escucharon que tiraban cosas o a veces de reojo veían sombras pequeñas corriendo por la casa. Algunos de ellos lo cuentan con temor y otros dicen que no creen en eso pero guardan respeto ante estas situaciones. 
    No solo los vecinos han sido víctimas de los pequeños fantasmas que rondan estos lugares. También personas ajenas al fraccionamiento que van en busca de algo extremo han sufrido alguna experiencia paranormal como el caso de César Sabanero.
    “Una noche fui con mis amigos al panteón por curiosidad. Queríamos ver si era verdad lo que sucedía, lo de las manitas, la bruja y todo eso. Dejamos el auto encendido por precaución y nos bajamos a investigar. Cuando nos adentramos más al panteón entre las tumbas nos paramos unos minutos a grabar por si se escuchaba o veíamos algo. No pasó nada y al momento de irnos escuchamos como si alguien estuviera abriendo una reja o arrastrándola. También escuchamos un grito de mujer o niña. Nos asustamos y salimos corriendo al carro. Ya no hemos regresado.”
    Además de las apariciones en las casas de los vecinos, una de las actividades que se da con más intensidad al visitar el cementerio es la aparición de manitas pequeñas en los autos, las cuales se dibujan con la tierra que está sobre los vehículos.

ANTECEDENTES

     Existen diversidad de archivos, documentos y videos en internet que hablan sobre nuestro lúgubre sitio. En los periódicos locales como El Diario de Juárez cada año se cuentan las leyendas más representativas de la ciudad y es aquí donde la historia del Panteón de los Niños nunca falta. 
    A través de medios televisivos también podemos encontrar distintos reportajes creados por personas o equipos de talla nacional. Uno de los primeros famosos que vino a la ciudad para explorar el panteón fue Carlos Trejo, un investigador paranormal con mala fama quien realizo el experimento de las manos sobre la tierra y afirmaba escuchar psicofonías de niños durante su recorrido. 
    Como Carlos Trejo era tachado de ser charlatán, no fue hasta que un equipo de Extranormal, el famoso programa de televisión acudió al cementerio para hacer también un reportaje. De esta manera, se puede decir que se reconoció de manera nacional el camposanto y por ende se le dio más veracidad a las manifestaciones y hechos escalofriantes que suceden aquí. 

    Por internet surgen otros pequeños vídeos de ‘youtubers’ o exploradores urbanos los cuales vienen desde lejos en busca de aventuras paranormales. De manera más local, uno de los últimos reportajes que se han grabado en este sitio es por parte de los alumnos de la Universidad Autónoma de Chihuahua para un programa de televisión llamado Juarex. 

    Cuando realizamos el reportaje, nos tocó vivir experiencias fuera de lo normal. Al principio creíamos que no iba a pasar nada pero si logramos captar varias cosas que pasaban sin sentido, sin lógica. Nos llevamos un buen sabor de boca en el sentido de que si encontramos lo que buscábamos y queremos volver para hacer algo más extenso, ir más allá de lo que ya tenemos registrado. Por desgracia, varios archivos de lo que grabamos se dañaron misteriosamente y solo pudimos rescatar algunas cosas.
    A continuación presentamos una crónica de la visita que realizamos al panteón.

CRÓNICA

     Fue una tarde noche cuando arribamos al lugar, a las 19:00 horas para ser más exactos. El cielo tenía ese pintoresco color rosado señal de que estaba por llover y el aire se hacía cada vez más fresco a medida que pasaba el tiempo. Llegamos en la camioneta y nos estacionamos justo frente a lo que aparentaba ser una entrada hacía donde estaban las tumbas. 
    Sin perder mucho el tiempo, bajamos y en cuanto pude tome un puño de la tierra que nos rodeaba y la lancé sobre todos los vidrios de la camioneta. Estaba ansiosa por ver si algo pasaba luego de finalizar nuestro trabajo. Mi amigo Ulises, mi hermana y yo nos adentramos al panteón sin nada que temer pues aún había un poco de luz de sol. 
    Comenzamos a grabar audios, algunas escenas de las cruces y sacamos unas cuantas fotografías. Desde el principio, nos tensamos un poco pues la cámara comenzó a fallar de pronto al momento de hacer las tomas, pero lo dejamos de lado ya que pensamos que solo era coincidencia. 
    Caminamos más y entre las encontrábamos objetos interesante, entre ellos un guante negro y una muñeca de tela sucia.
    El sol se iba despidiendo con rapidez pero era lo que buscábamos pues en la densa noche esperábamos ver cosas fuera de lo normal. Cuando se oscureció vimos a lo lejos un destello que cambiaba de color y nos acercamos. Era una pequeña lámpara en forma de paloma que sobresalía de una de las lápidas. Mi hermana tomó la cámara e hizo una toma fija algunos segundos. 

    

   Apenas y termino de grabar la paloma se movió bruscamente hacía otra dirección. Ulises peló los ojos que casi se le salían mientras mi hermana y yo nos quedamos mudas. 
Nos fuimos de ahí caminando, y por fin se oscureció totalmente. Las únicas luces que teníamos eran las de las casas que rodean al panteón. Grabamos unas cuantas tomas con la ayuda de la lámpara de un celular.     
    A pesar de que estábamos algo mentalizados de que nada sucedería, la tensión se presentaba más en el ambiente y el miedo nos inundaba la cabeza de a poco. Los minutos pasaban, el silencio del lugar lo hacía ver mucho más tétrico y tenebroso.
    Para las 21:00 horas dimos otro pequeño recorrido entre las tumbas. De pronto a mi hermana se le ocurrió hacer la típica pregunta, como si estuviéramos jugando al Lobo Feroz: ¿Hay alguien aquí? Ulises le secundo con ¿Estás ahí? Ven a jugar con nosotros. Obviamente me uní y comencé a preguntar cosas similares pero nada. Ni un triste alarido. La última pregunta que surgió de mi hermana fue: ¿Quieres jugar con nosotros? 
    A los pocos segundos, un pequeño susurro dulce respondió “ajá”. Nos quedamos atónitos, helados. Nos miramos confundidos y el terror nos enredo por completo. “¡¿Escuchaste?!” era lo único que repetíamos una y otra vez. Después de eso decidimos que era hora de irnos, no sin antes revisar la camioneta. Y sí, sucedió el hecho estrepitoso, lo que tanto anhelábamos ver: Había huellas como dedos deslizándose entre el vidrio y la puerta. 
    Para las 22:00 horas había concluido nuestra terrorífica aventura. En camino a casa no parábamos de hablar de lo que pasó, estábamos impresionados. A pesar de que sabíamos del riesgo que corrimos y que probablemente nadie nos creería aunque tuviéramos grabadas las pruebas fue una noche que siempre recordaremos con terror. 

     Sin duda alguna, el Panteón de los Niños es una de las leyendas más grandes de Ciudad Juárez. Un sitio que seguirá perturbando a cientos de personas con sus escalofriantes historias y su gran actividad paranormal.

AGRADECIMIENTOS

     Agradecemos a los residentes de los fraccionamientos Jardines de Aragón y Hacienda del Nogal por compartirnos parte de sus historias y permitirnos agregarlas a este reportaje.